OPINIONES
Crisis Social: Una revisión general de la situación política y social
Rodrigo Roa
El movimiento social que ha surgido en Chile ha sorprendido por su espontaneidad, fuerza, prolongación y resistencia. Lo que surgió como un llamado a la evasión masiva, se ha desarrollado en los últimos 5 días como movilizaciones constantes, cacerolazos y violencia (violencia de Estado y violencia social).
Para plantear las primeras discusiones respecto a qué hacer en la esfera del debate político es fundamental reflexionar sobre la institucionalidad política, los fenómenos sociales y los elementos estructurales que determinan, en gran medida, la vida de la población.
Por un lado, la explosión del fenómeno fue poco previsible desde una perspectiva política. Pero, ¿De qué forma nos pudieron advertir las cifras de esto? Los partidos políticos, junto a los representantes (ejecutivo y legislativo) cuentan con el porcentaje de desafección política más importante desde el retorno de la democracia (Según cifras del PNUD, un 84% de los ciudadanos considera que los partidos políticos no representa los intereses de los ciudadanos frente al Estado). Esto junto a la baja participación electoral (46.6% del universo electoral, según cifras del SERVEL) en las últimas elecciones presidenciales, del congreso y de consejeros regionales, son síntomas que demuestran una institucionalidad democrática patológica. Una democracia afectada por la desconfianza no cuenta con el soporte idóneo para canalizar las demandas de la ciudadanía. Algunos pueden argumentar que en la medida que la participación política de los partidos ha disminuido, sí ha aumentado la participación a través de los movimientos sociales. Si aceptamos esta premisa como cierta, aun así, no aporta a construir una democracia saludable. Los movimientos sociales por naturaleza, son efímeros, con poca solvencia, y muy pocas veces son capaces de imponer una demanda en la agenda política del gobierno en turno.
En segundo lugar, desde el enfoque de los movimientos sociales y la acción ciudadana, en los últimos 9 años se han constituido diversos movimientos que apuntan a posicionar demandas en la opinión pública y en las agendas de gobierno. El año 2011, el movimiento estudiantil se constituyó con fuerza, y posicionó el financiamiento y la calidad de la Educación superior en la agenda política del gobierno de Michelle Bachelet. El año 2013 el movimiento no más AFP comienza a constituirse y logra con éxito plantear en la agenda política el debate sobre el sistema previsional el año 2017. El mismo 2013, la ciudadanía se comenzó a movilizar para que el Estado asumiera el rol de aportar al financiamiento del tratamiento de enfermedades extrañas. De la misma forma el movimiento feminista planteó el año 2018 el debate sobre la agenda de los derechos sexuales y reproductivos, junto a las demandas de género. Esta evidencia, demuestra que muchas demandas ciudadanas no han contado con una canalización institucional adecuada. Estos movimientos han contado con el desafío de movilizar a miles de ciudadanos sólo para comenzar a discutir estas nuevas demandas.
En tercer lugar, existen elementos estructurales que deben ser enfrentados en nuestro país. El primer punto que es necesario considerar, es el que se refiere a la desigualdad. Según un estudio realizado por el Banco Central, los investigadores Francisca Uribe y Felipe Martinez, 2017, demuestran que el quintil V de los más ricos de nuestro país concentra un 71.8% de la riqueza.
Fuente: OECD (2019), Income inequality (indicator). doi: 10.1787/459aa7f1-en (Accessed on 24 October 2019)
Mientras que en su opuesto el 83.3% de la población perteneciente al Quintil I, tiene riqueza negativa, lo que sugiere que sus deudas superan sus ingresos. Por otro lado, un estudio realizado por Fuentes et.al, 2017 en la RM, demuestra que la aglomeración de comunas ubicadas en la zona centro-oriente de la Región Metropolitana concentra el porcentaje más alto de habitantes con mayor ingreso (63% del quintil V) y de habitantes que residen en la misma zona donde trabajan (81% de los habitantes de su quintil); en contraste, las comunas aglomeradas en la zona sur-oriente concentran cifras del 20-26% de personas en el quintil I al IV, respectivamente, y un 5% de sus habitantes pertenece al quintil V, mientras que un 29% de los habitantes trabajan en la misma zona donde residen. Estas cifras constituyen un diagnóstico de la desigualdad en Chile y en la RM. El segundo punto se refiere a la esfera de la empleabilidad, que contiene una realidad gris. Según el INE, este último trimestre, un 7.5% de la población nacional se encuentra desocupada. Junto a esto, no deja de llamar la atención el alto porcentaje de ocupación informal que alcanza un 28.8% de la población nacional. Estas cifras nos invitan a preguntarnos sobre la realidad previsional de estas personas, y sobre su eventual llegada a la vejez, sobre su calidad de vida y sobre su dignidad. El tercer y último punto se refiere a las cifras de los pensionados. Según las estadísticas sistematizadas por la fundación Sol de los jubilados al febrero del 2019, los pensionados que trabajaron de 35 a 40 años, reciben un promedio de $548.933, siendo sólo 970 personas de un total de 10.302. Mientras que cuando se considera el promedio del total de personas jubiladas al febrero del 2019, tomando todos los tramos de años trabajados, el promedio de la jubilación recibida alcanza los $158.728.
Finalmente y después de esta revisión diagnóstica, el llamado es a la reflexión y a la crítica. El Presidente Sebastián Piñera ha demostrado actuar más como empresario que como presidente, sus declaraciones y decisiones en estos últimos días así lo demuestran. Un presidente que no es capaz de asumir que existe un conflicto social y político, y reduce todo a un problema de seguridad pública, está lejos de solucionar este momento crítico en nuestro país. La invitación a la sociedad civil es a reflexionar sobre la situación de las instituciones, sobre el empleo, sobre las pensiones, la educación y salud. De esta forma aportaremos a salir de este momento oscuro de la vida nacional.